pixel
loader image

22/07

2022

El crecimiento del anime en la industria española

Poco a poco, el anime ha ido adquiriendo cada vez más notoriedad

Poco a poco, la industria del anime ha ido creciendo. Y no solo en Japón, sino también en Occidente y en España. Buena prueba de ello es que, poco a poco, los espectadores están pudiendo disfrutar de cada vez más producciones tanto en la pequeña (normalmente, mediante plataformas de anime en streaming) como en la gran pantalla. Esta es, sin lugar a dudas, una gran noticia.

Quienes nos sentimos apegados a este tipo de producciones, ya sea por premisa, estética, doblaje o desarrollo, estamos disfrutando de una mayor variedad. Y esto solo acaba de empezar. Tiempo atrás, el anime era un producto residual que solo se podían permitir las cadenas de televisión más grandes.

Muchos recordamos con cariño las primeras emisiones de Dragon Ball, Oliver y Benji y One Piece, entre muchas otras, a primera hora de la mañana. Inclusive, otros tantos nos criamos con ellas sin saber que eran producciones del país del Sol Naciente. Hablo de Heidi y Calimero, por ejemplo, aunque muchísimas más.

 

El anime es un producto cada vez más extendido

 
 

Tuvieron que pasar muchos años hasta que, finalmente, las empresas se dieron cuenta de que, en efecto, el anime no era cosa de un público nicho; había mucha más gente interesada de lo que habría cabido esperar. Al menos desde un prisma exterior. Posiblemente, aunque aquí habría que tirar de hemeroteca y enciclopedia, algunos de los pioneros más importantes -en ese sentido- se encuentran en Estados Unidos y América Latina.

Estos dos continentes, desde siempre, han tenido una relación muy estrecha con el anime, y han ayudado muchísimo a que se extienda por el resto del mundo. Apostaron, muy pronto, por el doblaje. Siempre respetando la versión original, ofrecieron una variante propia con muy notables profesionales del sector.

En España, salvo con las producciones más destacadas, era un hecho residual. Por unos motivos u otros, la mayoría de empresas consideraron que no era rentable ofrecer una versión con audio en castellano. Bueno, en castellano o en casi cualquier otra variante idiomática de la península.

 

Un crecimiento brutal

 
 

Y entonces, casi sin comerlo ni beberlo, empezó a pegar más fuerte que nunca. Funimation y su apuesta en los Estados Unidos fue casi total, mas no fue la única. Crunchyroll empezó a extender su catálogo con una oferta cada vez más destacada mientras que Netflix, Amazon y otras plataformas hacían lo propio, pero con una intensidad mucho menor.

En cualquier caso, fue un ejemplo muy claro de que algo estaba ocurriendo. A diferencia de las dos últimas que he mencionado, Funimation y Crunchyroll -entre otras muchas, pero listarlas todas sería un desperdicio de tiempo- se centraron por completo en la emisión de series japonesas. Inclusive, en algunos casos, con resultados muy dispares, se atrevieron con producciones propias y originales.

De una manera u otra, esto ejemplificó la relevancia del anime en todo el mundo. En España, por desgracia, todavía estábamos algo por detrás del resto de países. No de todos, pero sí de muchos otros con una apuesta mucho más notable.

 

España se suma al carro del anime

 
 

No fue por mucho tiempo, pero sí hizo falta. En gran medida, esto es gracias a la pasión de los fans españoles, pero también a la apuesta de las propias empresas. Entiéndase que si Selecta Visión no hubiese empezado a producir cada vez más series en DVD, no habría sido lo mismo. Tampoco si esta misma no hubiese decidido lanzar películas más allá de las series más grandes en el cine.

Ahora, inclusive, la cosa va a más, pues Crunchyroll se ha fusionado con Funimation y se ha sumado al carro con todavía más fuerza que antes. Con otras tantas plataformas ofreciendo alguna que otra serie para el disfrute de los usuarios, como Jonu, cada vez hay más opciones. ¿Y las cifras? Ciertamente, podría ejemplificar todo este texto con un análisis estadístico repleto de números y gráficas, mas considero que podría ser, inclusive, aburrido.

Un análisis pormenorizado de estas sensaciones -una cosa es que no lo haya expuesto, y otra muy distinta que no lo haya comprobado- sería bastante pesado-. Es por eso que he preferido ofreceros un texto más simple y directo con el cual ejemplificar que, en efecto, el anime tiene una importancia cada vez mayor en nuestras vidas.

Esto lo podemos ver con un catálogo de temporada cada vez más amplio, con una mayor emisión de filmes en la gran pantalla, con un mercado de manga y figuras cada vez más amplio y, como no, con una apuesta por anime en simulcast y/o diferido a través de plataformas cada vez más grandes. Señoras y señores, no es que el anime esté a punto de llegar. No. Ya está aquí, y va a quedarse para siempre.